lunes, 5 de abril de 2010

Jóvenes depresivos y suicidas.. algo anda mal por aqui


A renglón seguido, hice la siguiente pregunta  en mi espacio en Facebook: ¿Qué cambiarías si pudieras vivir tu vida otra vez? y curiosamente la mayoría de quienes se tomaron su tiempo para opinar pública o privadamente sobre el tema, coincidió en que no cambiarían nada, aunque hubo quién decidiera “corregir algunas cosillas”.
Personalmente, pertenezco al grupo que afirma que  cambiaria algunas decisiones. Alguien dijo y me adhiero a esa teoría, que los únicos que no pueden echar para atrás son los ríos.  Admito que he cometido muchos errores en la vida de los cuales he aprendido muchísimo,  pero también soy consciente que me hubiera evitado muchas situaciones con solo cambiar un par de detalles en mi forma de asumir lo que estaba viviendo.
Todo tiene una razón de ser y de suceder, cada persona que se atraviesa en tu camino está ahí por un motivo fundamental en tu vida y uno de ellos precisamente es impulsarnos a ser cada vez mejores
Ahí es donde creo que está el secreto de este juego. En tener la entereza de aceptarnos de una parte  como seres humanos vulnerables y de otra con la fortaleza interior suficiente para afrontar cada uno de los obstáculos que encontremos sin importar lo grande o poderoso que nos parezca en ese momento.
¡Esto es sencillo de decir, pero vaya y aplíque! La realidad es un poco más complicada. De mis años como periodista económica me quedó una rara fascinación por las cifras y estadísticas. He aquí la demostración: según  la  Secretaría de Integración Social 1.600 jóvenes se suicidaron en Bogotá en el 2008, y se considera que si bien en nuestro país estas tasas en general han permanecido estables, en los últimos 20 años se ha observado un aumento en el grupo de adolescentes y adultos jóvenes.
Otro datico suelto: según  la OIM en 20 años la depresión se convertirá en la enfermedad  que más padecerán los seres humanos, superando al cáncer y los trastornos cardiovasculares. Y esta es una de las causas que han llevado a muchos de esos seres humanos a quitarse la vida.
¿Qué está pasando? A excepción de los casos en donde los trastornos tienen orígenes médicos, pienso que están jugando factores internos como falta de amor por sí mismo, aislamiento de redes sociales, lo cual genera ausencia de apoyo y trastornos en comportamiento generados en el ámbito familiar.
A lo anterior le sumaría algo de mi propio cultivo: una idea errónea de lo que es la felicidad.
Caminamos por la vida con el objetivo de ser felices  pero cimentamos ese supuesto objetivo en asuntos como conseguir al hombre-mujer de nuestros sueños, tener una casa hermosa, el trabajo soñado o el carro último modelo.. ahh y claro, varios ceros a la derecha en nuestras cuentas (léase el énfasis en plural) bancarias. Entonces, cuando fallan alguno o algunos de esos elementos sentimos que estamos sin piso, que todo falla y efectivamente todo empieza a andar mal, porque hay algo que para muchos puede sonar medio esotérico y es que el universo nos da más de aquello que creemos tener. Si sentimos que tenemos solo tristezas y malos resultados, eso seguiremos obteniendo
El sistema educativo es un excelente transmisor de conocimientos, pero pésimo en emociones. Se enseña a los niños cuanto es 2 x 2, hablar inglés  y  hasta a  formar empresa – lo cual me parece un gran avance frente a la educación que recibimos décadas atrás -, pero se ha olvidado y hasta ahora tímidamente está entrando, el concepto de enseñarle a nuestros pequeños el conocimiento más importante y es el de amarse a sí mismos y  asumir la felicidad no como un objetivo sino como una forma de vida.
¿Qué papel estamos jugando aquí como padres, como educadores?
Termino con otras  de mis cifritas. Me topé con una investigación del Sam and Rose Stain Institute for Research on Aging (SIRA), perteneciente a la Universidad de California en San Diego, en donde se examinó a 500 voluntarios de edades comprendidas entre los 60 y 98 años, que vivían independientemente y que habían padecido diversas enfermedades, como el cáncer, fallos cardiacos, diabetes, problemas mentales u otro tipo de disfunciones y se les indagó sobre la felicidad.

Lo más sorprendente de los resultados obtenidos,  fue que los voluntarios más optimistas –aquellos que pensaban que estaban envejeciendo bien- no siempre coincidían con los que tenían mejor salud pero sí tenían en común una buena actitud frente a la vida es la clave para un buen envejecimiento.

Apoyo a mis hijos para que sean buenos estudiantes, pero apuesto todo para que saquen E en la materias más importantes de sus vidas: AMOR PROPIO y ACTITUD POSITIVA
Una encuesta realizada por el diario El Tiempo a mediados del año 2008 en 12 ciudades colombianas, en la cual se dice que 56 de cada 100 personas consultadas afirmaron que si pudieran vivir su vida otra vez cambiarían algunas cosas.